Los partidos
políticos son la herramienta a través de la cual los ciudadanos
podemos participar en la vida política del país. Deben tener un
funcionamiento democrático.
- Si entendemos por partido democrático y participativo, un grupo social cuyo núcleo central, y auténtica razón de existir, sea un foco vivo y activo de debate, un sistema de debate permanente y diverso, abierto a la participación de todos los afiliados, en los cuales se discutan los problemas del país y las soluciones posibles a los mismos.
- Si entendemos que los partidos políticos deben ser las fábricas de las ideas que servirán para detectar y resolver los problemas del país.
- Si entendemos que los proveedores de esas fábricas deben ser los propios ciudadanos que escuchen las llamadas a gritos desde las puertas abiertas de esos partidos, para que cualquiera que tenga una idea pase a aportarla.
- Si entendemos que los operarios de esa fábrica, deben ser los propios militantes, y que su participación y tarea debe ser la de trabajar con esas ideas que entran cada día en el partido para hacerlas llegar al foco del debate, discutirlas, adaptarlas, y desecharlas o seleccionarlas, para confeccionar el programa de ese partido con el que intentará aportar un conjunto de soluciones permanentemente actualizadas a la problemática del país.
- Si entendemos todo eso y luego nos damos una vuelta por cada uno de los partidos existentes para que nos enseñen su foco de debate, su política de puertas abiertas y sus reclamos de llamada a la ciudadanía, sus registros de entradas diarias de ideas, sus registros diarios de debates para procesar esas ideas, sus partes de asistencia de los afiliados para trabajar en los procesos de asimilación de esas ideas, las propias aportaciones ideológicas de sus afiliados a los programas vigentes,..….
Entonces tendremos
que reconocer que en los treinta y seis años más recientes de
nuestra historia, no ha existido ni existe ni un sólo partido
político que haya sido, ni sea democrático.
Entonces es cuando
entenderemos de verdad las nulas posibilidades que tenemos de salir
como pueblo de ésta o de cualquier otra crisis, de la mano de unos
partidos políticos como los que tenemos, que ni son democráticos,
ni participativos, ni diversos, porque son todos iguales, aunque
aparenten ser enemigos y distintos.
Debemos entender
que los partidos políticos son la puerta de acceso a la política.
No hay otra. El facebook, el twitter, el correo electrónico, o hasta
el seguimiento diario de tertulias y debates en los medios, sólo
sirven para desahogarse criticando las cosas mal hechas que vemos a
diario, pero no dan acceso a la maquinaria del Estado con la que se
ponen en marcha los cambios que todos estamos reclamando y esperando
inútilmente. Mientras en los partidos políticos sigan militando los
mismos tipos de gentes, mientras el resto de los ciudadanos sigamos
sin atrevernos a entrar en ellos, mirándolos como sitios reservados
donde reinan cuatro vacas sagradas rodeadas de una guardia joven de
legionarios que controlan la opinión y que imponen un régimen de
fidelidad, silencio y secretismo, cerrado a la crítica interna, y
fundamentalmente cerrado al debate y a la participación. Mientras
sigan así las cosas, en todos los partidos políticos, todo seguirá
igual, nuestro barco seguirá manejado por la corriente de las
sucesivas crisis, de la misma manera que lo haría si no tuviésemos
tripulación, o peor, porque si reflexionamos un poco, nos daremos
cuenta de que la mayor parte de la crisis actual ha sido creada por
la propia tripulación.
Los ciudadanos
tenemos que boicotear sin ningún tipo de duda a estos partidos
existentes: a todos. Son el primer obstáculo que tenemos que
derribar para alcanzar una DD y una salida de esta eterna crisis
política que padecemos. Sus estructuras son incompatibles con un
sistema democrático. Nos han engañado, y continúan engañándonos,
no han cumplido con las funciones que tienen encomendadas y no se
merecen estar ahí. Hay que expulsar a todas las vacas sagradas de la
vieja política, sin compasión: a todas. Hay que propiciar y apostar
por nuevos partidos con un formato totalmente diferente.
Los partidos
políticos de hoy día y del futuro:
- Deben ser digitales o virtuales. No hacen falta sedes físicas. Las sedes físicas son caras, necesitan alquilar locales, pagar gastos de mantenimiento, acaban convirtiéndose en casinos para reunirse a confabular los asiduos y son las puertas por las que entran los corruptos con su dinero sucio y sus conversaciones a puerta cerrada con los tesoreros. Las sedes digitales son gratuitas. Cabe todo el mundo en ellas. Lo que se hable allí, es público y queda escrito. No sirven para reunirse a confabular, ni a hablar en secreto. Posibilitan un debate permanente, abierto a la participación de todos los militantes, incluso abierto a la contemplación como espectadores del resto de los ciudadanos, y realizado desde la propia casa del afiliado y a cualquier hora. No necesitan fuentes de financiación, ni subvenciones, porque no necesitan dinero. Con una cuota mínima anual de 10 euros por afiliado, un partido que cuente con 3000 afiliados, ya tendría cubierto de sobra su presupuesto, que no precisaría más que de una colaboración temporal de un informático para el mantenimiento de software base de la plataforma digital y un personal de tipo administrativo, trabajando desde casa, coordinados por un secretario general también de carácter puramente administrativo. El contenido propio de la plataforma, serían las ideas y los debates de los propios afiliados, que se afiliarían precisamente para eso, para participar y debatir. ¿Qué otra cosa son los partidos?¿Qué otra cosa se debe esperar de un afiliado?
- Los líderes de un partido se deben dar a conocer y consolidarse en los debates. Los líderes son accesibles a los afiliados en los debates. Cualquier afiliado debe poder debatir con un lider. Cualquier afiliado puede ser lider. Si un lider no participa en los debates no podrá ser lider, porque nadie le conocerá y nadie le votará.
- Es más, ¿Hacen falta líderes? Lo que hacen falta son ideas que comunicar a los ciudadanos. Ideas buenas que comiencen por ilusionar a los propios afiliados. Hace falta, después, comunicar esas ideas a los ciudadanos, mediante una presentación llamativa, fácil de entender y creíble. Hace falta, también, que el partido presente, integrados en sus listas, a unos aspirantes a cargos públicos diversos que estén avalados por unas pruebas de competencia y capacidad y asuman unos compromisos serios con las ideas presentadas y defendidas por el partido. Como puede comprobarse, en ningún momento hemos hablado de líderes. Las ideas presentadas y su presentación llamativa y creíble deben ser fruto del trabajo y del filtro colectivo de los afiliados, en debates específicos, abiertos a todos los afiliados e incluso a los simpatizantes. Eso sí, hace falta una plataforma de debates en red con un diseño informático lo más perfecto posible, que no sólo conduzca a cada afiliado de una forma sencilla al debate buscado, sino que haga fácil la comunicación interactiva entre todos, y diseñada para llegar a conclusiones votadas que realmente formen el programa del partido. Pues bien, ninguno de los partidos actuales cuenta con este sistema de debate digital, aunque todos ellos cuentan con su lider, como si fuera un talismán.
Hoy, como nunca
antes, es posible, gracias a Internet y a las plataformas abiertas en
su red, el mantenimiento vivo y continuado de debates con
participación universal de todos los afiliados a un partido,
independientemente de que se encuentren aislados en el rincón más
perdido de España.
Desgraciadamente,
hoy, la única participación que esperan los partidos políticos que
tenemos en España de sus afiliados, es el pago puntual de su cuota
mensual. Ninguna otra participación está prevista, ni les es
facilitada. Salvo que sea necesario hacerle la ola al lider de turno.
No participará tampoco el afiliado de estos partidos en votaciones, salvo en la de elegir a
personas que participen por él, que asuman o usurpen el papel que la
ley le asigna a él. Los partidos obligan a sus afiliados a entregar
su derecho en manos de otro, que no lo utilizará tampoco a su libre
albedrío, sino que lo volverá a poner en las manos de un tercero. Y
así sucesivamente, hasta limitar el debate y la participación de
los ciudadanos a través de esta herramienta legal en las manos de un
muy reducido número de personas, quién sabe si dirigidas todas
ellas, las reducidas personas de todos estos partidos, por unas
mismas solas manos. Quien sabe si no serán todos ellos propiedad del
famoso club Wilderberg.
Sólo se produce
alguna reacción de cambio en los partidos después de un fracaso
electoral fuerte. En ese caso se produce una pequeña marejada que
puede terminar propiciando un cambio de lider, que persigue un cambio
de imagen, y hacer creer que se va a a producir una renovación más
o menos profunda del partido de la mano de ese lider. Pero todo se
queda en ese espejismo del cambio de unas personas por otras. La masa
social no emergerá, seguirá cediendo el protagonismo de forma
absoluta al lider del cual seguirán siendo tanto el partido como
todos sus afiliados una simple sombra que siempre irá detrás sin
producir efecto alguno.
Las recientes
elecciones europeas han sido, precisamente, un fracaso electoral
fuerte para la mayoría de los partidos, por el alto grado de
abstención, y en especial para los partidos mayoritarios, PP y PSOE,
por su particular pérdida de votos. El PSOE ya había experimentado
un palo similar en las dos elecciones precedentes, sin que se
produjera la reacción de reforma interna que obviamente sus votantes
le demandaban. Ahora, ya, la evidencia ha hecho que se produzca esa
reacción en estos últimos. ¿Van a producir cambios en el partido?
NO. Van a cambiar de lider. Van a maquillarse para salir a la calle
con otra imagen, pero van a seguir actuando dentro de casa igual que
antes. Puede que haya primarias, pero no habrá debate. Puede que
haya un debate-espectáculo entre líderes, pero no se abrirá un
debate interno permanente entre afiliados para determinar, día a
día, el camino del partido. El PSOE, tendrá un lider más joven,
que parece ser el cambio que toca ahora, pero seguirá siendo un
partido viejo y obsoleto. “PODEMOS”, es un partido joven, acaba
de nacer, pero nace obsoleto ya, pegado y dependiente de un lider,
que sólo nos vende una imagen. El tipo de debate que propone, una
fórmula sacada de la noche de los tiempos, los llamados Círculos de
Podemos, realizados de forma espontánea, en plan asambleario y
descoordinado, de plaza en plaza, son la imagen más elocuente de su
desfase, que delata la falta de ideas y formación técnica de unos
dirigentes políticos improvisados que encima, para más escarnio,
resultan ser profesores universitarios. Pablo Iglesias es un lider
joven, que se está promocionando a sí mismo más que a su propio
partido, que es él o es suyo, y que nos cuenta, a golpes de efecto,
algo de lo que tiene en su cabeza. Pero no lo cuenta todo. No está
todo por escrito, ni lo va a estar. Está en el interior de la cabeza
de ese lider llamado Pablo Iglesias. Y puede llegar el momento en que
ese lider tenga suficiente poder para intentar hacer realidad lo que,
por ahora, guarda en su cabeza para él solo. Y en ese momento puede
que nos demos cuenta de que en realidad no tenía nada dentro de esa
cabeza, o de que tenía auténticas barbaridades. Es el problema de
entregarse en las manos de un lider, que puede terminar llamándose
Adolfo Hitler y haciendo cosas que nadie se esperaba.
Por eso hacen
falta partidos nuevos que no se entreguen en las manos de ningún
lider, sino que su fuerza surja de su capacidad de renovación
permanente basada en el debate continuado, entre todos los afiliados
y de todos los temas que surjan. Sin tabús, sin secretos y sin
trampas. Con un formato normalizado que permita concluir en
resoluciones aprobadas por la mayoría para cada cuestión. Ése es
el tipo de partidos que necesita una sociedad que reclama respuestas
institucionales, comprometidas, sinceras y oportunas para cada
problema que surja, no calladas, silencios, ni respuestas subjetivas
de alguien que habla, de forma improvisada, en nombre de una
organización, pero sin encomendarse a nadie. Hemos citado al PSOE y
a PODEMOS, a modo de ejemplo de partidos que no son, ni quieren ser,
sino vivir cómodamente a la sombra de un lider. Podríamos citar a
todos los demás: Rosa Díez- UPyD, Albert Rivera- C's, Mariano
Rajoy-PP, etc.. No hay ningún partido que merezca llamarse
democrático. No son partidos abiertos a la participación de los
ciudadanos en la política. Son todos cotos o cortijos privados. Son
propiedad de un lider y una corte muy próxima que lo rodea, lo
magnifica e impide que el resto de afiliados pueda manifestarse con
libertad.
Es imprescindible
la renovación total. Más que cambiar lo que ha nacido y crecido
torcido, hay que crear nuevos partidos con nuevas estructuras sanas y
realmente democráticas. Si los partidos políticos son las fábricas
de las ideas que resuelven los problemas del Estado, de estas
fábricas obsoletas e improductivas que mantenemos no podemos esperar
que nazca idea alguna, al menos sana. Los partidos políticos están en la base de
todos los problemas, son el cimiento en el que se asienta un Estado
democrático. Con este tipo de partidos que nació viciado, nunca
tendremos una democracia sana. Es imprescindible como primer paso
para renovar la democracia, empezar por renovar los partidos.
Coincido absolutamente con tu análisis sobre los partidos políticos que tenemos desde siempre en España... pero en esta época de desencanto, vendría bien saber si la alternativa que propones es simplemente una utopía (más o menos realizable) o si existen países en los que los partidos tienen una estructura y funcionamiento realmente democráticos, como propones. No vendrían mal ejemplos que nos ilustrasen y nos sirviesen de "norte".
ResponderEliminarHola. Gracias por tu interés. Es una utopía. Nuestra realidad, es una pesadilla. Para salir de esa pesadilla, necesitamos utopías. Nuestro mundo actual, mirado con una perspectiva de hace sólo 50 años, es todo él una auténtica utopía, lo único que no sería utópico, curiosamente, es nuestro sistema político. Un saludo
Eliminar¡Chapó!
ResponderEliminarSeguiré en otro momento.
Saludos.
Hola. Cuando escribía lo anterior, no conocía Plaza Podemos. Tengo que reconocer que es algo muy parecido a lo que yo reclamo como herramienta imprescindible para que un partido sea democrático. Es algo con una base técnica como la que yo imagino, pero totalmente distinta. Para mí es como si estuviesen usando un violín para jugar al tenis. Y el problema es que van a crear unos precedentes malísimos para posteriores aplicaciones de esta idea de lo que sería una asamblea general on line. Empezando por la informalidad de la inscripción, siguiendo por la falta de filtros de entrada por ámbitos territoriales y específicos, continuando por la falta de un formulario para las propuestas, que deben contener unos objetivos y un desarrollo explicativo, y por supuesto a sobra de toda la frivolidad de esos mensajes vacíos que ocupan espacio y solo van dirigidos al culto de la personalidad de los líderes. En fin informáticamente es una pena, pero políticamente yo creo que es todavía peor. Esos círculos parecen pensados para paralizar cualquier idea positiva que pueda surgir. La imagen que me sugiere esa plaza más que un foro de debate, es la una gran trampa para enviar ideas a un abismo mediante un agujero turbulento en el centro de una plaza con el piso inclinado hacia el agujero . Lo siento pero no veo en Podemos más recorrido democrático que el que les separa de ganar las próximas elecciones, después, no me atrevo a pronosticar nada. Un saludo y quedo en espera de noticias tuyas.
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