¿Cómo controlan los ciudadanos a sus instituciones en una DD?

En una DD, el Pueblo es el Soberano. El Pueblo habla frecuentemente con sus instituciones: con el Gobierno, con el Parlamento y con la Justicia. El Pueblo, no sólo les nombra, sino que les pide cuentas de sus gestiones y, en función de estas cuentas, les apoya o los depone de sus puestos. Los políticos, en una DD, son empleados del Pueblo, y como tales no toman decisiones, sino que hacen propuestas al Pueblo, que éste acepta o rechaza.

  1. Control del Gobierno. En una DD, los ciudadanos, no los diputados, nombran directamente al presidente de gobierno y a 3 suplentes, para un periodo de 4 años. El presidente de gobierno, una vez al mes, tiene que rendir cuentas a los ciudadanos de su gestión durante ese mes: Evolución del presupuesto, del déficit, del desempleo, de los controles y seguimientos que hace a los efectos de sus decisiones y de las leyes que se van poniendo en vigencia, su respuesta a los sucesos escandalosos que surjan en el día a día, su postura ante los nuevos problemas que se presenten,..... Todo eso no puede ser un secreto, ni una incógnita, ni un capricho personal que nos descubrirá a toro pasado, cuando ya lo sepamos todo por otras fuentes. Todo eso es la gestión de un presidente de la que tiene que mantener actualizado a sus contratadores, a quienes le pagan para que se ocupe de todo eso. Puede rendir las cuentas por televisión, por el formato que él prefiera, pero cada mes. Inexcusablemente. También comparece cada mes ante el pueblo el primer suplente, para dar su versión, y su alternativa, y para evitar que al presidente se le pase ningún detalle en su relato. Y cada 6 meses, también puntualmente, los ciudadanos le ponen nota al presidente: Bien (Tarjeta verde) o Mal (Tarjeta amarilla). Como en el fútbol, dos tarjetas amarillas equivalen a una roja. El presidente, en ese caso, se tiene que marchar, y entra en su lugar el primer suplente. El problema, diréis vosotros, es el follón que hay que organizar, para evaluar cada seis meses al presidente. Pero no hay problema ninguno, si el Pueblo utiliza una forma científica y racional para hablar y hacerse escuchar, como son los muestreos al azar del 1 por 1000, imprescindibles para la puesta en marcha de una DD.
  2. Control del Parlamento: En una DD los ciudadanos nombran, cada cuatro años, cinco grupos o partidos para que formen el parlamento, además de otros tres grupos suplentes, con 70 diputados cada grupo. ¿Igual número? Sí, porque no van a tener que votar. En una DD los diputados sólo van a tener dos trabajos, escribir propuestas de leyes y explicarles muy bien a los ciudadanos el porqué de esas leyes, el para qué, el qué se va a conseguir con ellas, el cómo garantizan esos logros los distintos artículos de esa ley, la garantía de constitucionalidad comprobada..... Todo muy bien explicado, en un lenguaje muy comprensible. Cada grupo explica sus propuestas y las pegas que les ve a las propuestas de los demás. Hay dos semestres legislativos al año. Las leyes elaboradas durante un semestre, se explican a los ciudadanos en el semestre siguiente, al final del cual los ciudadanos las votan. Todos los semestres los ciudadanos votan leyes: Sí o No. También los ciudadanos evalúan cada seis meses a cada grupo, según su acierto en la elaboración y comunicación con el pueblo. Cada año, el grupo peor evaluado, el que más tarjetas amarillas haya acumulado, salvo que tenga más verdes que amarillas, será sustituido por el primer suplente. Esta eliminación continuada de los peores es para garantizar un principio de selección natural entre nuestros diputados. Obviamente, cada ley sería votada por un segmento del 1 por 1000 de la población, porque como queda dicho la DD se basa en la utilización permanente de este único sistema para conocer la voluntad de los ciudadanos.
  3. ¿Control de los jueces. En una DD, los jueces acceden al cargo por oposición. Pero sus sentencias van a tener que leerlas ante Jurados del Pueblo que les den su visto bueno. El juez es el profesional que entiende y sabe distinguir los caminos de la justicia, pero va a tener que explicar delante de los ciudadanos, en lenguaje claro y vulgar, el cómo y por qué ha resuelto de esa forma el caso encomendado. También los abogados de cada parte se explicarán ante el pueblo de la misma forma, clara y vulgar. No más sentencias enrevesadas llenas de argumentos improcedentes que más que aclarar la verdad tratan de ocultar la mentira. Se trata de que la sentencia pase por el filtro del sentido común. Se trata de que la sentencia no sea un documento prácticamente ilegible, prácticamente sin recurso, que nadie entiende, que nadie lee, que va directamente al archivo, y ante la que todo el mundo se siente impotente, aunque sea terriblemente injusta. Se trata de que el juez haga un trabajo presentable y digno, y de que, si no lo hace, el Jurado se lo anule y el juicio tenga que repetirse con otro juez. Se trata de que si a ese juez se le anula un juicio, tenga un borrón en su carrera y que un par de borrones, lo pongan en la lista de los que van a ir abandonando, por orden de borrones, la digna profesión de juez. Obviamente todos los juicios tendrán que ser grabados con cámaras para que los jurados puedan revisarlos en diferido. Obviamente no todos los juicios podrán revisarse, sino sólo una muestra aleatoria cada mes, pero el mecanismo de revisión al azar es suficiente garantía de que los jueces se van a curar en salud en su objetividad, y van a realizar su trabajo seriamente, cosa que ahora, desgraciadamente, muchas veces, no ocurre. Yo creo, firmemente, que el juicio más famoso de nuestro reciente pasado, no hubiera sido validado por ningún Jurado, y creo también que los jueces que lo sentenciaron, actualmente, con este sistema, ya no lo serían.  

2 comentarios:

  1. Interesante propuesta para el control de los jueces, la verdad es que hay casos de absoluta dejadez.

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  2. Es usted muy magnánimo. Yo, de forma complementaria a la suya, creo que hay algunos casos de jueces realmente dignos de respeto, aunque personalmente no conozco ninguno.

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