¿Qué otros objetivos nos pueden reunir a los pitagóricos para asumir nuestro compromiso, además de la DD?


Los Estados Unidos de Europa.
Actualmente somos un Estado, con su constitución y su nacionalidad propia. Mientras eso siga así debemos empeñarnos en defender nuestra identidad colectiva, de la misma forma que defendemos nuestra identidad personal. Pero no podemos olvidar que estamos embarcados en un proyecto de mucha mayor amplitud, al que llamamos la Unión Europea.
Este proyecto, a mi entender, tiene sentido, si en realidad se cree en él. Si creemos que un Estado, mayor, más potente y más poblado será un Estado más sólido, más eficaz, más justo y más humanitario.
Pero creer en la Unión Europea como Estado, es creer a la vez en que la existencia de los actuales Estados integrados en la Unión Europea deberá desaparecer para dejar paso a un Estado Europeo único. No podemos crecer y, a la vez, seguir usando la vieja ropa de cuando pesábamos 40 kilos menos. A mi entender la gran ventaja de la unión es la simplificación de los gastos previsorios integrándose en una unidad que elimine multiplicidades de gestión, que utilice las sinergias, y que concentre la organización. Los Estados Unidos de Europa a semejanza de su homónimo de América, podría ser un único Estado, con una única constitución, una única nacionalidad y pasaporte para sus ciudadanos, un único idioma oficial, una única moneda, un único ejercito, un único parlamento, un único presidente, una única justicia, una única ley común para todos, un único sistema sanitario, un único sistema educativo, una única política exterior, ….... Para conseguir todo eso tiene sentido embarcarse en un proyecto de Unión Europea. Nos hacemos una casa común, más grande, para todos, para eliminar sobrecostos, para aprovechar sinergias, para unificar ventajas, para optimizar productividades. La Unión Europea actual es un proyecto sin destino. No creemos en ella, y no avanzamos decididos hacía su consecución, porque el proyecto real está sin definir. ¿Cómo se puede ser europeísta y, a la vez, nacionalista o separatista? Estamos construyendo un puente de un solo lado, y cualquier día se nos hunde. Hay que definir e identificar el otro lado del puente. Hay que identificar los Estados Unidos de Europa como una realidad ambiciosa posible y próxima. Los ciudadanos tenemos que plantearnos abiertamente ese objetivo y decidirnos por él, o por abandonar este montaje actual que se ha convertido en un tópico que aporta todos los inconvenientes y ninguna de las ventajas. No tiene porqué ser un proyecto a corto plazo, puede trazarse un camino que se prolongue a 20 o 30 años, pero tenemos que trazarnos ese objetivo unificador de estados o dejar de jugar con la idea sin plantearnos, como hasta ahora, llegar a ningún sitio.
El Desempleo.
Creemos que el desempleo no debe eliminarse décima a décima. El desempleo puede y debe eliminarse, totalmente, a corto plazo. La eliminación del desempleo debe ser el objetivo inmediato, porque esa incorporación de trabajadores desde la inactividad al mundo productivo, será la principal herramienta que incrementará la producción y será también la clientela que vigorizará el consumo. Siendo una sociedad en crisis, paradójicamente, somos una sociedad que mantiene una gran cantidad de recursos ociosos. En primer lugar 5-6 millones de desempleados, un 50% de nuestros jóvenes en paro. Ése es nuestro principal y más ruinoso recurso ocioso. Ése es también el principal cliente a recuperar por nuestra economía. Pero hay más recursos ociosos: Hay capitales cobardes que no se emplean porque no se les dan garantías. Hay garantistas cobardes que no se atreven a apostar como intermediarios o mediadores  entre nuestro presente y el futuro de nuestros hijos. Y, curiosamente, no hace falta mucha inversión, porque también tenemos equipamiento desempleado. Mucho equipamiento subempleado. Habiendo trabajadores disponibles para darle un uso más intensivo y capital ocioso suficiente para facilitar el uso más intensivo de esos equipos y esos trabajadores, para producir más y más competitivamente. Con una planificación de nuestra economía dirigida al aprovechamiento más intensivo de nuestros recursos y una utilización más regular de nuestro tiempo productivo, conseguiríamos también una utilización más racional de nuestras infraestructuras de servicios y de ocio, sometidas por el irracional sistema actual a ritmos irregulares llenos de picos y valles imposibles de regular.
En el corto plazo es posible la desaparición total del desempleo, sólo es necesario proponérnoslo. Habrá que hacer sacrificios, también a corto plazo, pero sólo se harán sacrificios si realmente son necesarios y si el logro perseguido es real. Es decir que el sacrificio será simultáneo al logro, no como hasta ahora que siempre ha sido a título de: y ya veremos. Cualquier sacrificio momentáneo realizado por los ciudadanos para la consecución del pleno empleo, no será a título de pérdida, sino de préstamo recuperable, a ser posible a corto plazo, pero, en todo caso, a plazo cierto.
Recortes.
Nunca más se realizarán políticas de recortes sociales. Si se hace necesario exigir sacrificios a los ciudadanos, nunca se harán a título de pérdida de derechos, sino a título de aportación momentánea recuperable y retornable. Si es posible devolver los derechos no devengados en forma de salarios, así se hará, cuando se pueda. Si es posible devolverlos en forma de deuda negociable, así se hará. Y si sólo es posible devolverlos en forma de vacaciones, descansos, o jubilaciones anticipadas, así se hará también. Pero nunca más se plantearán retrocesos sociales. El objetivo de nuestro compromiso es la consecución de un mayor progreso social para todos,  cuanto más mejor.
Corrupción.
Es necesario y posible que desaparezca la corrupción de forma total y por la vía rápida. La forma de hacerlo realidad es muy sencilla, e inmediata. No hacen falta leyes complicadas ni grandes operaciones policiales. Sólo hace falta un poco de imaginación y más voluntad de querer hacer cosas.
El vehículo imprescindible para que se produzca la corrupción es el dinero metálico. Si no hay dinero metálico para meterlo en bolsas de basura, no hay necesidad de esconder las bolsas de basura y transportarlas después a Andorra o Gibraltar. Sólo el dinero metálico tiene la propiedad de poder convertirse en dinero negro. Pues bien, eliminemos el dinero metálico, al cien por cien. Eso se consigue igual de fácil y de rápido que eliminamos las pesetas. Si eliminamos el dinero metálico al cien por cien, habremos acabado con el dinero negro y a la vez con la corrupción y el delito fiscal. Pero no sólo habremos acabado con el dinero negro y el delito fiscal. También habremos acabado con el dinero sucio y el delito económico. Si desaparece el dinero metálico al cien por cien, desaparecerán con él los secuestros, las falsificaciones monetarias, los atracos, el narco-tráfico, sobornos, etc. La desaparición del dinero metálico, no es sólo fácil, e inmediata, es que ya hay muchos ciudadanos que prácticamente no lo usamos. La mayor parte de las transacciones económicas se realizan a través de una cuenta bancaria, por medio de transferencias por vía digital. El 100% de esas transacciones son legales y transparentes. Del mismo modo que el 100% de las operaciones con dinero negro y con dinero sucio se realizan mediante pagos en metálico. ¿Por qué los ministros de Economía y de Hacienda no ponen en práctica medidas como ésta para terminar de forma rápida con problemas tan graves, y utilizan otras vías legales más complejas e incomprensibles, que siempre se muestran ineficaces?¿Porque no quieren o porque no saben?

Hay muchos objetivos como estos planteados a modo de ejemplo, que se resolverían por los ciudadanos anónimos reunidos por un compromiso pitagórico en nuevos partidos democráticos y participativos. Porque esas ideas, una vez surgidas, no podrían acallarse, ni ocultarse, como pasa actualmente, ni por un gobierno democrático representativo, ni por un secretario general de un partido aristocrático.



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